Redacción. Madrid
El Grupo Español de Farmacia Pediátrica, en colaboración con AstraZeneca, ha presentado el libro 'Farmacia Pediátrica Hospitalaria', en el que lamentan la falta de tratamientos específicos para la población pediátrica, lo que se conoce como orfandad terapéutica, que según las autoridades sanitarias europeas afecta a cerca del 50 por ciento de los menores.
Portada del libro.
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La obra, dirigida a los profesionales de farmacia hospitalaria que desarrollan su actividad en el ámbito de la Pediatría, constituye una actualización de las principales bases de conocimiento sobre aspectos centrales de la farmacia pediátrica hospitalaria y ofrece una completa revisión de los procedimientos farmacoterapéuticos de las principales patologías pediátricas, abordados desde la perspectiva de la práctica de la Farmacia Clínica.
La asistencia farmacéutica al paciente pediátrico presenta ciertas peculiaridades, tanto clínicas como metodológicas, que determinan la necesidad de diseñar un plan de formación específico, según sus autores, al tiempo que también se debe tener en cuenta que la mayor parte de los medicamentos que se emplean en niños están dirigidos preferentemente para su uso en adultos.
“En las indicaciones aprobadas para un medicamento muchas determinan especificaciones como ‘no se tiene experiencia con pacientes pediátricos' o frases similares”, indica la presidenta del Grupo Español de Farmacia Hospitalaria, María Teresa Pozas, coautora de esta obra junto con el doctor Esteban Valverde Molina, del Hospital General Universitario Carlos Haya de Málaga.
Según este experto, los cambios físicos, metabólicos y psicológicos asociados al crecimiento de la población infantil y adolescente revelan que “no se puede tratar a los niños como simples adultos pequeños. Ni siquiera como un grupo uniforme”.
En concreto, hay una serie de peculiaridades en la asistencia al paciente pediátrico que es necesario tener en cuenta, como sus características farmacocinéticas y farmacodinámicas en las diferentes subpoblaciones pediátricas, la insuficiente investigación clínica en pediatría, la falta de formas farmacéuticas adaptadas a pediatría y un mayor riesgo de error en la medicación con resultados dañinos para la salud.
Algunos contenidos
En uno de los capítulos de la publicación, se analizan los documentos y orientaciones éticas actualmente vigentes en relación a la inclusión de los niños como sujetos de una investigación clínica, además de los aspectos diferenciales de su evaluación, tanto éticos, como técnicos y metodológicos. El apartado revisa también las necesidades de información del niño según su desarrollo cognitivo.
“Aunque el Reglamento Europeo 1901/2006 sobre medicamentos pediátricos ha permitido que se incremente el número de ensayos clínicos en niños y adolescentes, los ensayos clínicos en pediatría son una gran asignatura pendiente, ya que son muy pocos los que se realizan”, indica la presidenta del Grupo Español de Farmacia Hospitalaria.
Por su parte, el doctor Valverde mira esperanzado hacia el futuro y cree que “en los próximos años” habrá ensayos no solo de medicamentos bien conocidos en adultos, para completar la información sobre seguridad y posología, sino también estudios en etapas tempranas del desarrollo del fármaco.
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